Diputado Daniel Verdessi (DC) presenta proyecto de ley que tipifica “olor ofensivo” y obligatoriedad de estudio ante denuncias.
Modificaciones al cuerpo legal buscan mejorar la calidad de vida de residentes ante la falta de normativa ambiental clara El diputado de la Democracia Cristiana, Daniel Verdessi, presentó un proyecto de ley en el que se tipifica olor ofensivo, que modificaría la actual ley ambiental existente que no define qué es olor, tampoco olor ofensivo, es decir, no se considera el olor como un factor contaminante. El médico e integrante de la comisión de salud de la Cámara de Diputados, destacó que «este proyecto de ley nace de múltiples reuniones que hemos sostenido con organizaciones ciudadanas de diversas regiones del país, pero, especialmente, de una de las zonas más afectadas, la llamada zona de sacrificio de Quintero, Puchuncaví y La Calera, donde la actividad empresarial ha provocado un profundo y grave deterioro medioambiental. Lo anterior, por una normativa medioambiental laxa y que no considera muchos factores, entre ellos el de los malos olores u olores ofensivos”. “Esta situación también se da en Quillota –con el uso de guano no estabilizado- también La Ligua y en diferentes comunas del distrito 6, y no podemos olvidar la región de Antofagasta y los hechos ocurridos en Arauco y Lota en el Bio Bio, por lo que se hace necesario definir qué es un olor ofensivo”, agregó el subjefe de bancada de diputados de la Democracia Cristiana. El ex director del Servicio de Salud Valparaíso San Antonio, precisó que “las modificaciones a la ley 19.300, tienen la finalidad de estipular que en el caso de los olores que generen detrimento del medioambiente o a cualquiera de sus elementos, bastará la sola denuncia ante la superintendencia de Medio Ambiente para dar curso a la obligatoriedad del estudio, estableciendo un plazo de 20 días hábiles para que esta institución entregue una respuesta”. Finalmente, el diputado Verdessi destacó que “necesitamos transparentar las normas ambientales, no es posible que existan zonas saturadas o de sacrifico por no tener estándares internacionales como la europea o de la OMS. No es posible que vecinas y vecinos tengan que convivir con malos olores, que deterioran de su calidad de vida y su salud”.]]>